16 de junio de 2017

Cicatriz

Título: Cicatriz
Autor: Juan Gómez-Jurado
Año: 2015
Idioma: español

Simon Sax podría ser un tipo afortunado. Es joven, listo y está punto de convertirse en multimillonario si vende su gran invento -un asombroso algoritmo- a una multinacional. Y, sin embargo, se siente solo. Su éxito contrasta con sus nulas habilidades sociales. Hasta que un día vence sus prejuicios y entra en una web de contactos donde se enamora perdidamente de Irina, con la inexperiencia y la pasión de un adolescente, a pesar de los miles de kilómetros que los separan. Pero ella, marcada con una enigmática cicatriz en la mejilla, arrastra un oscuro secreto. Una novela que te hará mirar de otra forma a la persona con la que duermes.

La sinopsis que el portal Casa del Libro publica para Cicatriz nos invita a pensar que estamos ante una novela que no deja indiferente. Eso es algo que se intuye apenas se comienzan a pasar sus páginas, en las que nos encontramos un recorrido agónico continuo del protagonista, Simon Sax, que es exactamente lo que el resumen dice; un joven listo, multimillonario potencial gracias a un invento suyo relacionado con el mundo de las nuevas tecnologías.

Eso de entrada. Ocurre que Simon Sax es además alguien que se podría también incluir en ese universo frikie de los comedores convulsivos de patatas fritas, bebedores de Coca Cola (con sus correspondientes cucharadas de azúcar) y hábitos de vida vampíricos que el cine sobre todo ha retratado, rodeado de ordenadores y trabajando en un sótano sin luz natural. Ese estereotipo de tipo solitario, con dificultades para relacionarse y cuyo volumen corporal (atípicamente grande en contraste con el modelo habitual) no le impidió tener problemas de adaptación en el colegio y el instituto. Si no fuera porque su masa corporal juega un papel esencial en el desenlace final, cualquiera podría pensar que el personaje ha perdido fuerza en ese rasgo.

Pero más allá del protagonista principal y su universo, como siempre, bien detallado y plasmado por el autor, son de nuevo los secundarios los que tienen el peso suficiente para, entre todos, nivelar la contienda. Irina, esencial, puede enamorarte y desenamorarte sin tener que pasar página; el Afgano, más que dual, doble, con sus dos caras perfectamente definidas; Arthur, la personalidad infantil, desgajada esta vez del conductor del relato; Boris, Vanya, Tom, Marcia... a todos es fácil ponerle caras, con todos podrías tomarte un café, cualquiera de ellos existe en la calle, y eso para un lector que quiere una historia es un verdadero regalo.

Gómez-Jurado alterna el uso del tiempo presente y el pretérito imperfecto dependiendo de si es Simon o no el epicentro de la narración. Es como usar dos colores diferentes (como en La historia interminable de Ende) o dos tipografías, recurso que el autor utiliza también de manera muy acertada a través de las cursivas para decir lo que se quiere decir y no se dice, por ejemplo. Pero si tuviera que destacar algo, otra vez tendría que quedarme con la estructura deliciosa de la novela. Al igual que en Contrato con Dios, todas las historias individuales, los universos particulares, las neuras y los complejos de cada uno de los protagonistas se detallan despiezados, aprovechando cualquier pretexto, para posteriormente encauzarlas todas en un tronco final casi escaso, austero, que desemboca en un final cinematográfico, del que no te será fácil escapar. Thriller con mayúsculas.

No deseo alargar más la reseña, pero tengo que nombrar a mi amiga y compañera Marina León en este aporte. Cuando supo que me había sumergido en la obra de Gómez-Jurado no dudó en recomendarme Cicatriz. Recogí el reto, amiga, y te agradezco el buen consejo como siempre.

2 comentarios:

  1. Genial reseña de esta estupenda novela. Me alegro muchísimo que la hayas disfrutado tanto como lo hice yo. Es un enorme placer compartir lecturas y relatos.
    Comparto tu opinión sobre la estructura. Las dos historias están muy bien hiladas y se entremezclan desvelándote la historia mientras te mantiene enganchada. Ahora, espero poder ser yo la que coja el relevo y me adentre en las páginas de "Contrato con Dios". ¡Un enorme saludo compañero de letras!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que te lo comenté: pocas referencias tenía de Gómez-Jurado, y todas muy buenas. Balance: dos novelas suyas y gran sensación. Supongo que esa es la narrativa que yo querría hacer, y de hecho me ha inspirado. Ahora me he sumergido en la última de Juan Madrid y, si no pasa nada, la reseñar él pronto. Gracias a ti siempre por pasar por aquí.

      Eliminar